Tranquilo de cara a los retos que se avecinan, se muestra Christian Lovrincevich. En la que será su tercera incursión al mando técnico del primer equipo albirrojo, el adiestrador no duda en aventurar tiempos más venturosos. “La primera vez que vine a Chile fue a San Felipe, por lo que es una ciudad que quiero mucho. No puedo negar que estoy muy entusiasmado por el desafío que asumo, ese no es otro que sacar al equipo de la difícil situación por la que atraviesa”, indicó el estratego tras dirigir su primera práctica.
Navegar en mares tempestuosos, no es algo nuevo para el profesor Lovrincevich. Ya el año pasado vivió algo similar cuando le tocó dirigir a Deportes Concepción. “Los entrenadores debemos estar preparados para este tipo de situaciones y condiciones. Generalmente cuando a uno lo llaman en medio de un torneo es porque hay algunos problemas, salvo contadas excepciones que se llega a un equipo campeón o puntero. Esto debo tomarlo de manera natural, con el convencimiento que se puede salir adelante. Solo hay que trabajar, e ir partido a partido, para lograr que el equipo pueda expresarse de la mejor manera, y tomar cada encuentro como una verdadera final”, aseveró.
Un solo entrenamiento bastó para que el nuevo entrenador pudiera hacerse una idea clara del plantel que guiará. “Es un grupo joven que gusta de la intensidad. Junto a mis colaboradores intentaremos imponer nuestra impronta para ayudar y sacar el mejor rendimiento de cada jugador”, reflexionó.
En la última parte de la conversión, Christian Lovrincevich, confidenció porque aceptó el reto de regresar. “Lo hago casi por un compromiso afectivo y profesional. Unión San Felipe fue el club que me dio la oportunidad de venir a este país, así que lo hago de la mejor manera y con muchas ganas de responder a la confianza que han depositado en mí”.