La derrota sufrida a manos de Magallanes no dejó indiferente a nadie, pero por más que este traspié haya sido doblemente doloroso por el haber perdido también el invicto, no se debe extraviar el foco en relación a que el equipo comandado técnicamente por Jonathan Orellana sigue teniendo una conducta táctica impecable, con la cual logró trabar a un rival muy fuerte, que solo pudo llegar al triunfo tras una desconcentración-la única- de la zaga albirroja.
No se trata de hacer el ejercicio de buscar un consuelo, eso resultaría inoficioso, porque por más que en el Municipal de San Bernardo haya sufrido la primera caída del año, no hay que obviar el dato estadístico que el Uní Uní sigue siendo el segundo cuadro con mejor rendimiento del torneo, por lo que de esta experiencia hay que sacar enseñanzas que sirvan para el largo trecho que queda por recorrer, “no fuimos capaces de hacer diferencias cuando tuvimos las oportunidades, eso no puede volver a pasarnos con rivales del peso de Magallanes; ahora hay que tener la tranquilidad suficiente para entender que esto continúa y no desesperarnos”, reflexionó el técnico de los albirrojos.
En un análisis más profundo de lo que fue el cotejo del domingo último ante los carabeleros, el estratego señaló: “Es en este tipo de partidos cuando hay dos equipos fuertes, cada uno intenta imponer su forma y generalmente se resuelven más por errores que las virtudes del rival, así sucedió porque ellos aprovecharon bien una desinteligencia nuestra para hacer la diferencia y ganarnos; tenemos mucha tranquilidad porque entendemos que perder es parte de este juego. Ahora se nos vendrá un partido (contra Santa Cruz) en casa, donde ya es hora de volver a ganar”.