Es indudable que, en la derrota por la cuenta mínima ante Deportes Melipilla, se hicieron notar las ausencias de jugadores muy importantes dentro del andamiaje albirrojo. Sin Ignacio Avilés, Francisco Salinas, Yerko González y Jean Paul Pineda en el terreno de juego, claramente se resintió el funcionamiento colectivo del equipo.
Eso, sumado al planteamiento que propuso Melipilla, desembocó en que durante largos pasajes del encuentro se observara a un San Felipe lento en sus movimientos y muy errático en la búsqueda de las líneas de pase desde mitad de cancha hacia adelante.
Al contrario de lo que se suponía, Melipilla no cayó en la desesperación por conseguir el triunfo, sino que optó por un armado compacto para evitar generar espacios por donde los albirrojos pudieran generar riesgo.
Fue una noche agria en la cual se instaló una sensación de inseguridad que no permitió dar con certezas, algo extraño para un cuadro sanfelipeño que durante lo que va corrido de torneo ha sido protagonista.
Sin ser notoriamente inferior a su verdugo, los de Orellana estuvieron lejos de lo que venían mostrando en la actual temporada, por más que cerca del fin del pleito, Bairo Riveros estrellara un balón en el horizontal, en una acción en la que se plasmó a cabalidad la idea ofensiva de este equipo.
La Derrota ante ‘El Potro’ dejó en claro que en la B no existen rivales ‘fáciles’, y que los números previos muchas veces son solo antecedentes estadísticos que no sirven de mucho si el equipo no muestra una actitud combativa.