En lo que fue una noche muy helada y húmeda, que al parecer terminó contagiando al equipo, el Uní Uní debió conformarse con una inesperada igualdad en blanco frente a Deportes Recoleta, cuadro que pese a estar último en la tabla, mostró buen fútbol y mucha capacidad de lucha. Con eso, complicaron más de la cuenta a un conjunto sanfelipeño que pareció nunca sentirse cómodo en el estadio Juan Muñoz García de Santa Cruz.
El empate terminó siendo un resultado justo por lo acontecido durante los más de 90 minutos de juego; sin embargo, es claro que el profesor Orellana y los jugadores sacaron enseñanzas que servirán para la segunda rueda, siendo quizás la más importante que en esta división la tabla de posiciones es solo un antecedente estadístico, que no siempre coincide con lo que pasa en la cancha.
De todos los partidos que llevan en el cuerpo y por más increíble que parezca, es precisamente el jugado contra el colista donde la escuadra sanfelipeña se mostró más imprecisa en sus movimientos, feble en defensa y poca conectividad entre sus líneas; todo esto terminó traduciéndose en muy pocas aproximaciones sobre el arco recoletano, mientras que, por el contrario, las arremetidas rivales fueron muchas, convirtiendo a Darío Melo en la figura de la noche.
En la interna sanfelipeña asumían que el juego contra los capitalinos sería complicado, tal como lo reconoció el eficiente volante central Ignacio Avilés, “no tuvimos mucho la pelota y eso nos afectó porque les permitió a ellos manejar el ritmo del partido; en el segundo tiempo se hicieron algunas modificaciones que nos permitieron mejorar; en fin me quedo con que pudimos sumar pese a las dificultades, ahora solo hay que tratar de mejorar para poder terminar bien, y quedar a la espera de la segunda rueda. Lo importante es que seguimos arriba”.